Tras la muerte de su abuelo -emigrante armenio instalado en Argentina-, el autor encuentra un conjunto de libros y diarios en esa lengua familiar que le es también ajena por incomprensible. La escritura se convierte, así, en el medio para descifrar y reconstruir la experiencia de un desarraigo, de un genocidio, de una pérdida de la lengua. Un texto con una potencia visual y afectiva únicas.