La mañana del 23 de diciembre de 2010 el tejado del número 2 del callejón del Secadero se vino abajo.
Esto no era del todo exacto, y además no le interesaba a nadie, pero así lo relató la prensa local, siempre empeñada en alimentar la fantasía de que lo que sucedía en aquella capital de provincia tenía alguna importancia.
Salvemos La Jarapa es un relato navideño y lésbico sobre lo precario y lo provinciano. LaJarapa ya no existe. Fue un lugar ingentrificable poblado por una familia de bolleras ingentrificables.
Si tiene o no tiene importancia lo que sucedió durante las horas (y las jornadas y las décadas…) previas al derrumbe de una taberna andaluza en la que alternaron Federico García Lorca y Joe Strummer pero en la que, parece, ya nadie quiere entrar, se intuye tras el estruendo del primer párrafo.
Salvemos La Jarapa está basado en hechos reales y tiene como referencias La caída de la casa Usher, Los muertos, Fortunata y Jacinta o El libro de la selva. Salvemos La Jarapa tiene la aspiración de homenajear a las pioneras que construyeron los santuarios maricas granadinos previos a la salida masiva del armario que se obró en los albores del siglo XXI gracias a la magia de la tele y las tarifas planas de internet.
Weldon Penderton es un escritor curtido en la crónica costumbrista (personal, laboral, familiar, social), que publica desde hace años demoledores posts en su cuenta de Facebook. En ellos ha ido desarrollando una peculiar visión tan aguda como en ocasiones contradictoria y casi siempre pesimista de la realidad rocambolesca que observa a su alrededor, a lo que suma un divertidísimo desvarío d e origen personal en el uso del castellano, aunque con inspiración en el habla popular o en autores como Ángel Vázquez.