Detrás de lo que fuimos, somos y seremos, siempre está labúsqueda del agua. Siempre está la sed. «Lased podría ocupar un hueco entre el Sapiens de Harari y la Feria de Iris Simón, tal es la magnitud de la investigación y el salpimentado popular que ofrece».
Jose María Robles, El Mundo
Esta historia también empieza en un lugar de La Mancha. Allí, hace miles de años, surgió la primera sociedad hidráulica de nuestro continente.Mucho tiempo después la sed llenó esas tierras de vides, olivos y cereales. Entre ellos nació Virginia Mendoza, cuya historia personal y familiar está ligada sutil pero irremediablemente a la falta de agua. En este sorprendente libro recoge y conecta viejos y nuevos descubrimientos científicos con un sinfín de relatos heredados insólitos, emocionantes y llenos de vida que hablan de quiénes fuimos y quiénes somos hoy. La sed nos persigue y nos impulsa, nos enseñó el arraigo y el desarraigo. Empujó a nuestros antepasados más allá de África y, decenasde miles de años más tarde, asentó a sus descendientes junto a los pocos ríos caudalosos que quedaban. Es posible que nos ayudara a inventar el pan, pero también nos hizo conocer el hambre. Asistió al origen de civilizaciones, y también a su colapso. Nos llevó a mirar al cielo, a unir estrellas, a crear dioses de la lluvia y a una curiosa convivencia entre la fe y la ciencia durante la Pequeña Edad de Hielo: mientras unos invocaban la lluvia con danzas y rogativas, otros fundaban disciplinas para predecirla, medirla y retenerla.Escrito desde uno de los puntos menos lluviosos y más amenazados por la desertización de Europa, este libro nos conduce a un fascinante viaje por el mundo y la historia, así como por los retos a los que nos enfrentamos como especie. La sed nos une, nos divide y no ha dejado ni dejará de acompañarnos, pues somos agua en busca de agua.La crítica ha dicho: «Este es uno de los libros más importantes que vais a leer este año. Alucinante en muchos sentidos y magistral en todos». Sergio del Molino «Un libro que podría recibir el Óscar al mejor montaje. Los saltos están tejidos con acierto y Mendoza juega sin abusar con los recursos narrativos para no soltar nuestra atención. La memoria personal huye de la nostalgia y la divulgación dosifica nombres propios y datos en beneficios de la agilidad». Jorge Dioni, BabeliaSobre Detendrán mi río la crítica dijo:
«Es memoria viva. Escrito con una sensibilidad maravillosa, desvela algo verdaderamente profundo y poético».
Sergio Del Molino «Un libro delicado, fruto de años de escucha atenta y de investigación rigurosa, en el que el conocimiento se transmite a través de una recreación narrativa que absorbe y encandila desde el primer instante».
Edurne Portela«Es, sin ninguna duda, el ensayo más hermoso, poético, con más verdad y mayor delicadeza en el fondo y en la forma que he leído este 2021».
Alejandro Palomas