En Un día coexisten la velocidad de las acciones inevitables y la contemplación melancólica. El narrador entiende que ya no tiene sentido apurarse, que la vida transcurre más allá de él, que el control es una ilusión.
En Un día coexisten la velocidad de las acciones inevitables y la contemplación melancólica. El narrador entiende que ya no tiene sentido apurarse, que la vida transcurre más allá de él, que el control es una ilusión.
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