El paralelismo de la invasión israelí de Gaza en el verano de 2014 con el que se está produciendo casi diez años después es sorprendente, pero no casual. La edición que ofrecemos de Gaza no se calla muestra una excelente colección de ensayos breves sobre aquella intervención israelí que nos hacen sentir que la historia se repite y además se escribe con sangre. Lo que vino a continuación fue la gestación y difusión de una falsa historia sobre los horrores que Israel había infligido a la población de Gaza y a los palestinos en general, convertida en propaganda gracias a la capacidad del Estado sionista, y a la de sus aliados, para distorsionar los registros históricos y propagar su propia verdad. Sin embargo, lo que aquí encontramos es no sólo un relato del horror y la opresión, sino también una reafirmación de la vida y la resistencia. Los editores (Refaat Alareer y Leila El-Haddad) de esta extraordinaria colección se preguntan: ?Cuando se disipe el humo, ¿quién recordará a los muertos?? Su respuesta, y la de sus docenas de escritores, poetas, periodistas y analistas, es simple: ?Nosotros?. Nosotros, los palestinos de Gaza que sobrevivimos a la matanza, nosotros los palestinos de otros lugares de Palestina y los refugiados en exilios lejanos, nosotros los aliados y amigos de todo el mundo, no dejaremos que el mundo olvide.
El libro se completa con una colección de relatos cortos (Gaza Responde) que ofrecen la vívida textura de la vida y la muerte tal y como las sintieron los jóvenes gazatíes durante la "Operación Plomo Fundido" de Israel en 2008 y 2009. Son relatos íntimos de devastación, afilados como un cuchillo e inolvidables. Familiares, compañeros de juego o los propios escritores se ven mutilados o asesinados en un instante por la potencia de fuego israelí, pero esta nueva generación lo ha narrado como forma de reivindicación.
Irrecuperables dedica esta edición a la memoria de Refaat Alareer asesinado el 7 de diciembre de 2023 por un ataque aéreo israelí en la franja norte de Gaza. Como si fuera consciente del destino que le aguardaba, había tuiteado esta frase, junto con un poema que había escrito: “Si tengo que morir, que sea un relato”.