Los cuatro ensayos recogidos en este libro proponen reflexionar sobre el arte de la Edad Media presente en museos e iglesias planteando un viaje de ida y vuelta entre el Museo del Prado y algunos de los miles de templos de ese período que salpican el paisaje español y europeo. Con el objetivo de ofrecer una lectura contextual de los distintos elementos que integran las llamadas «artes del altar», como frontales, tabernáculos y ciborios, se presta especial atención al retablo, cumbre del arte hispano medieval, rastreando para ello su desarrollo en los siglos xiv y xv y analizando su ubicación en el interior de las iglesias. Además de estudiar el entorno original de las piezas, se ponen en relación con otros ejemplos europeos y se encuadran así en un paisaje artístico más amplio.