La prosa de Marina Tena, como la niebla, envuelve al lector en una historia inquietante y mágica.Claudia ha vivido siempre en Fresneda, un pueblo donde la gente a veces desaparece, las antiguas leyendas se resisten a morir y nadie habla de la maldición que consume a sus habitantes.Esa maldición pesa con más fuerza sobre Claudia, la única superviviente del grupo de veinticinco niños que salió de excursión y se desvaneció en la niebla. Claudia no solo perdió a sus compañeros, también a su hermana gemela, que viajaba en ese autobús. Pero si realmente desapareció, ¿por qué sigue sintiendo su presencia? El monótono transcurrir de los días se rompe cuando se instala en el pueblo una familia nueva con una chica de la edad de Claudia, de sonrisa tan afilada como sus palabras. Conocerla la obligará a conocerse a sí misma y a buscar respuesta a algunas preguntas que nunca se había atrevido a plantear. Como por qué algunos muertos necesitan enterrar a sus seres queridos.