Llorar. Llorar solo y acompañado. Llorar de alegría y de pena. Llorar sin parar, despacio, a gritos y en silencio. Llorar siendo un adulto. Llorar siendo un peque. Llorar puede ser un misterio. Y Lizar tiene que resolverlo. ¿Qué pinta la bici de su padre en esta historia?, ¿por qué no va en coche al trabajo como tanta otra gente? Este libro nos recuerda que solo hablando se entienden las personas. Las grandes y las pequeñas.