Leticia Feduchi pinta para entender cómo están hechos los objetos y cómo funciona la luz, y el porqué de los colores. La suya es una pintura autorreflexiva, es decir, que se interroga sobre su propio sentido y así, a la vez, se hace consciente de su existencia y de su poder. Su obra se centra en pequeños objetos cotidianos, aislándolos en una atmósfera de luz intensa y depurándolos para poner en evidencia los valores puramente pictóricos que emanan de su forma y color.
Ese trabajo parte de la duda y el cuestionamiento constante, de la reflexión y la búsqueda de respuestas, un proceso estrechamente relacionado con la literatura, y especialmente la poesía.