Tóxikas se resiste a clasificaciones, rehúye las etiquetas; es una obra a un tiempo realista y fantástica, gótica y costumbrista. En ella Pilar Pedraza reflexiona sobre el acto cotidiano de comprar y alimentarse, sobre nuestra doble vida como cuerpos que consumen y sueñan, que comen y recuerdan. En todas sus historias emerge la condición siniestra de la carne. Es la experiencia física vista desde el prisma de lo extraño, empezando por la gestación anómala y acabando con la muerte y el sepelio; pero también la corporalidad atravesada por una institucionalización que abarca desde la compraventa de productos hasta la medicalización de nuestro interior.Los cuentos de Pilar nos instan para ello a pertrecharnos con las armas de la cultura y a observar con los anteojos de la literatura. Buscan siempre una perspectiva nueva, una literatura diferente, que no se arredra a la hora de quebrantar las normas.(Luis Pérez Ochando)