La Virgen María representa el discurso fundacional de la femineidad en Occidente. Si bien es posible que nunca existiera, su mito es el artefacto intelectual más efectivo de la historia; el fundamento de un enorme entramado cultural diseñado para excluir a las mujeres de la sociedad. La relación de aquella doncella de Nazaret con los sistemas de poder que sucedieron a la caída del Imperio romano determinó la construcción de un arquetipo materno donde la cultura androcéntrica europea deformó la autonomía de las antiguas diosas de la naturaleza. Madre mía que estás en el mito cuenta cómo esta maternidad casta cumple la doble función de proyectar su pureza sobre la integridad épica del llamado Hijo de Dios y de encubrir la fantasía edípica del incesto propuesta por la pareja que forman Cristo y María, mientras proclama la castidad y la abnegación como modelos esenciales para las mujeres. Más que una historia ?profana? de la construcción del perfil mariano, este libro se propone su desmitificación al señalar cómo las nociones de pureza y sacrificio con que el catolicismo celebra lo femenino son estrategias imprescindibles de la elevación de la masculinidad.