Rafael Ángel Herra seduce al lector con dos personajes singulares, el genio Aldebarán y el perro Diógenes, que nos sitúan ante la riqueza de la ficción literaria desde una perspectiva moderna edificada sobre la maravillosa tradición de los apólogos, las fábulas, los mitos y los arquetipos.
»El autor rematará la trama con fortuna, mediante dos capítulos titulados, sucesivamente, “Lo abre y empieza a leer” y “Todos los libros decían lo mismo”, en los que una nave que encalla en la orilla del río nos permitirá conocer el misterioso intríngulis de Aldebarán y su escritura. El mundo clásico y venerable de los apólogos nos ha llevado a una borgiana, inquietante conclusión. Y la vuelta de tuerca de la literatura dentro de la literatura nos demuestra que los instrumentos de lo clásico y de lo contemporáneo pueden convivir eficazmente... y cómo la ficción sirve para ayudarnos a intentar el trabajoso desciframiento de la misteriosa, inescrutable realidad, pero sobre todo para mostrarnos lo efímero y pasajero de lo que somos nosotros y lo que nos rodea«.
José María Merino (Prólogo).
«A lo largo del texto […] está la aspiración de cada poeta: dar nombre a lo abstracto, combinar palabras y sensaciones».
Rosa Maria Grillo (edición italiana, 2019).